El equipo recibió un apoyo como pocas veces hubo en el Centenario que tuvo cerca de 20 mil personas que empujaron al Cervecero.
Pero el equipo conducido por Facundo Sava no ofreció respuestas futbolísticas y no le encontró la vuelta a un rival que con el paso de los minutos se fue sintiendo muy cómodo con el empate.
Quilmes contó con dos oportunidades muy claras para abrir el marcador. Una en el inicio de cada tiempo y antes del minuto de juego.Ni bien empezó el partido, Julián Bonetto capturó un rebote desde afuera del área grande y sacó un derechazo con curva que salió muy cerca del arco defendido por Ignacio Arce.
Pero no tuvo pimienta por los costados (Barbieri y Bonetto) y los delanteros (Pavone y Pons) estuvieron desconectados.
De manera insólita (porque se hace a propósito) se regó de más la cancha y a los jugadores de Quilmes le costó mucho más que a los rivales poder jugar con firmeza y hasta se los notó inseguros con el piso.
En la segunda parte. Quilmes mejoró desde lo posicional y desde la ambición por buscar el resultados. Le faltó idas y fútbol para poder ganar un partido clave.
Para jugar la final debe ganarle a Belgrano y esperar que empaten San Martín y Tigre. Pero tampoco tiene asegurado un lugar entre los cuatro primeros que disputarán el segundo ascenso.