Murió el genocida de la última dictadura cívico militar, Miguel Etchecolatz. Si bien falleció estando en prisión, lo cual es una buena noticia en el sentido de la justicia. Lo cierto es que murió preso pero sin confesar sus crímenes.
Cabe resaltar que el represor estaba en pleno juicio por los casos del Pozo de Quilmes, de Banfield y el Infierno de Avellaneda. Tenía 93 años.
Preso pero sin confesar y pedido de domiciliaria
Etchecolatz era juzgado ni más ni menos que por casos de lesa humanidad. Entre otras cosas se lo acusa del secuestro, tortura y desaparición de personas en dichos eventos.
Sin embargo, la justicia había decidido que por sus 93 años, el exdirector de Investigaciones de la Policía Bonaerense podrá cumplir la sentencia en su casa. Según argumentaron esto sería así porque debido a su delicado estado de salud necesita cuidados que en la cárcel no pueden ser brindados.
Así lo argumentó su defensa, que explicó que su salud sufrió un gran deterioro por el paso del tiempo. Y detallaron que el Servicio Penitenciario Federal no cuenta con recursos para cuidarlo.
La decisión fue determinada por los jueces Carlos Mahiques, Guillermo Yacobucci y Ángela Ledesma. Los mismos fueron repudiados y cuestionados por familiares de las víctimas que esperaban que Etchecolatz pase hasta el último de sus días tras las rejas.
Los jueces aceptaron el pedido de la defensa porque consideraron que a los 93 años no podía permanecer en el establecimiento carcelario. Y aceptaron que no podrá recibir la atención necesaria.
El Pozo de Quilmes
Cabe destacar que Etchecolatz fue protagonista de un hecho horrendo en Quilmes. En la esquina de Garibaldi y Allison Bell, un barrio residencial de Quilmes, funcionaba la Brigada de Investigaciones de Quilmes. Perteneciente a la Policía de la provincia de Buenos Aires. Entre 1975 y 1979, el chalet se utilizó como centro clandestino de detención, donde estuvieron secuestradas más de 250 personas.
A ese lugar se lo denominó “El pozo de Quilmes”. En diciembre de 2016, todos los bloques de la Legislatura bonaerense aprobaron la ley 14.895 de creación del Sitio. Que fue presentada por la entonces diputada Eva Ramírez, y disponía transformar ese ex centro clandestino de detención en Sitio de Memoria. Recuperar el espacio para la promoción y defensa de los derechos humanos.