«Nos rompimos el lomo para estar acá», aclaró el capitán de Quilmes Adrián Calello. El mediocampista como el resto de sus compañeros se encuentra molesto por la exagerada repercusión que tomó el penal cobrado por Nicolás Lamolina que le permitió al Cervecero avanzar a la final del Torneo Reducido por el segundo ascenso.
«Se está agrandando todo de una manera que no se debe. En la cancha se vio que es penal», apuntó el jugador sobre la infracción cometida por el arquero Marcelo Miño sobre Federico Anselmo.
Los jugadores, entrenadores y directivos de Ferro se pasearon por todos los canales, ayudados por una evidente campaña mediática.
«Hay que avisarle a la gente de Ferro que nosotros también tuvimos un año de trabajo durísimo y que nadie nos regaló nada», afirmó Calello.
También molestó y mucho la inminente exposición a la que se prestó el árbitro Lamolina que a horas del partido, ya en la mañana del martes, le pidió disculpas por su error a la gente de Ferro.
Según Calello, «perjudican a Quilmes haciendo que salga el árbitro a hablar. A nosotros también nos perjudicaron, no nos quejamos y llegamos hasta acá».
Por lo que pidió: «hay que desinstalar todo lo de ahora. Se va a jugar una final con Barracas Central y ojalá la gane el que mejor esté. Nosotros lo que no queremos es que quede que llegamos a la final por un penal. Los árbitros en todos los partidos cobraron lo que vieron».
Y recordó que «hay equipos que sí llegaron hasta acá beneficiados. Nosotros estamos seguros y tranquilos que lo hicimos por mérito nuestro. No llegamos porque nos ayudaron, también nos perjudicaron. Cuando nos pasó contra Almirante Brown y em ese momento decidimos callarnos».
Por último le mandó un mensaje a la gente de Quilmes antes de jugar el trascendental partido que lo puede devolver al Cervecero a Primera División: «vamos a apretar los dientes para ir a jugar esta final y ganar».