Golombek agradeció a la UNQ en los Martín Fierro

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El docente y divulgador científico Diego Golombek ganó el Martín Fierro al mejor Programa Cultural Educativo con “Noche de Mente”. Pero para sorpresa y orgullo de nuestra ciudad, aprovechó su discurso para agradecer a la Universidad de Quilmes.

A través de sus redes, la UNQ celebró el logro y felicitó al investigador por tan merecido reconocimiento. Además, Golombek festejó que la ciencia llegó también a la Revista Caras, gracias a este galardón.

Golombek

Diego Andrés Golombek es doctor en Ciencias Biológicas y divulgador científico argentino, especialista en cronobiología. Se desempeña como profesor titular regular de la Universidad Nacional de Quilmes. Y como investigador superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.

Días atrás, había declarado: “Entendemos el mundo a través de los sentidos. Y como a veces no nos alcanzan, inventamos prótesis: un microscopio, un telescopio, un resonador magnético. Para el pensamiento todavía no tenemos esa prótesis. Lo que podemos, más que con el pensamiento en general, es ver qué pasa con ciertas ideas. No hay genios y genias de las ideas. Todos tenemos buenas ideas, y la receta principal es: trabajo, trabajo, trabajo, disrupción. Vos trabajaste, te obsesionaste, te apasionaste y, en un momento, te permitís ir a tomar algo con amigos o ir a darte un baño de bosque —como dicen los japoneses— o dormir. Y, tal vez, en ese momento se están asociando los conceptos que obtuviste durante el trabajo tan intenso. Es una receta aplicable que tiene evidencia. Por eso el libro es La ciencia de las (buenas) ideas. Son experimentos que muestran que, con esta receta y varias otras, se te pueden ocurrir cosas”.

Recorrido

Además, en una entrevista brindada al medio Infobae, había detallado: “Yo trabajaba en periodismo desde los 15 años. Había respondido un aviso del Buenos Aires Herald para ser cronista deportivo y los muy insensatos me tomaron. Hacía deportes: iba a los partidos de críquet. Después seguí haciendo literatura, música, teatro. Me metí en una carrera científica sin saber muy bien por qué. Algo de mandato familiar debe haber: mi viejo era químico, mi hermano mayor es astrónomo, mi otro hermano es médico. Al principio no me iba bien, no me gustaba, pero algo hizo clic”

“Yo entré hace muchos años a la facultad, que tenía un plan muy viejo, el típico plan naturalista con biología, zoología, botánica. Eso no tenía nada que ver conmigo. Yo no era un niño naturalista. Yo no levantaba las rocas para ver qué bichos había abajo. Pero en algún momento apareció lo funcional, apareció el cerebro, apareció el tiempo y desde entonces me dedico a eso. Lo que más me causa placer y orgullo es que pude juntar los dos mundos. Seguí haciendo ciencia, pero pude meter en la ciencia también mis intereses anteriores del periodismo, de la literatura, del teatro. Para, además de hacer ciencia, contarla”, destacó.

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